Si alguien me concediera un deseo pediría ... un segundo de tu sonrisa... A PATA PELADA CAMINO EN MI HOY SIN MAÑANA
quiero....
Solo quería volar y tocar el cielo con mis manos, siempre he tenido la idea de que los sueños no se encuentran aquí, si no que están aun mas allá, lejos y que solo volando, sacando los pies de la tierra se puede llegar a ellos… en el momento que están acá dejan de ser sueños y pasan a ser realidades, hermosas realidades que alguna vez imaginamos. Solo volando pudimos llegar a transformar ilusiones en verdades. Recuperando un pedazo de cielo, no ese cielo esponjoso con ángeles, puertas y un tal san pedro con las llaves… si no que ese cielo que guarda en el nuestros sueños e ilusiones… un cielo que nos guía con sus estrellas y nos ilumina con la luna y el sol ese cielo que nos atrapa. Creo que en su inmensidad están todas las respuestas, lejos de nuestra cabeza y es lo mejor, no esta bien saberlo todo, tampoco quererlo saber. No se saca nada, lo importante es crear, hacer, conocer, experimentar, comprender, no todo sino que lo importante, eso que nos haga feliz, lo que encontremos correcto… y ¿Qué es correcto? No se decirlo, es como enseñarte a diferenciar el bien del mal, cuando todo eso es tan subjetivo, es tan parte de mi que no necesito decirlo como una ley, va con migo en mi día a día, en todo. Tanto me hablo mi mamá alguna vez de leyes universales que indican lo que esta bien y lo que esta mal… me río de esas leyes y normas. Que importa que este escrito “no matar” si hay países enteros matándose entre ellos quizás con que absurdo fin O “no robar”, cuando al que llaman delincuente es justo aquel que no tiene nada, por que ya mucho antes fue robado porque otras entupidas leyes lo encontraban valido y así le siguen robando.
Que importa que este escrito tanto papel indicando lo que esta bien y lo que esta mal… si nadie respeta a nadie. Para hacer lo correcto no necesito ni leyes, ni normas, ni ir a charlas sobre la moral y las buenas costumbres, ni mucho menos escuchar el evangelio del domingo…
Para hacer lo correcto solo apoyo y respeto al otro.
miércoles, 13 de abril de 2011
Niños jugando en el bosque
Yo sentada en un lugar mágico, en un lugar de esos que solo te imaginas al oír un cuento de niños jugando en el bosque, me sentía un duende que se encontraba a punto de cometer una travesura, volví a ser niña, en realidad renació el espíritu infantil que por mil motivos se olvida y sin querer surge en momentos como este.
Acostada en el suelo, sentí que yo y esta tierra desértica éramos una, que de mi nacían los árboles… que de mi germinaban las raíces de aquel árbol especial del columpio elaborado con un neumático de auto olvidado en el desierto, imagen que me trajo recuerdos de algún sueño que olvide, pues hasta ese momento no tenia en mi memoria vestigios de haber estado en un lugar así, pero sí al mirar fijamente aquella rueda que pendía del árbol, se detuvo en mi interior la sensación de haber estado en este lugar mágico, pero estoy segura que solo pudo ser en sueños que probablemente tuve después de oír un cuento de niños jugando en el bosque.
El suelo cubierto por una alfombra de hojas y frutos de Chañar amortiguaba y hacia más suave el contacto de mi cuerpo con la tierra, como si la naturaleza me estuviera acariciando sentía el cosquilleo que provocaba el roce de mi existencia con el mundo.
Me sentí el vaso que contiene al espacio, por primera vez sentí que el mundo era también mío, que podía hacer lo que quisiera pero no quería más que columpiarme en la rueda, que podía ser lo que quisiera, pero sin embargo era feliz siendo lo que soy, una niña que tuvo por un momento la libertad de poder vivir su sueño y que gracias a ese momento hoy cree en la magia de la vida y en la existencia de lugares mágicos que solo te puedes imaginar en cuentos de niños jugando, corriendo y riendo en el bosque.
Me encontré, me descubrí, me entendí… no estuve, ni lo estaré en otro momento, retornando a ser una niña, al contrario siempre fui y siempre seré sin quererlo, una niña jugando a ser grande… me prepararon para enfrentar al mundo, para sobrevivir y para aprovechar mi vida, y ahora que lo hago bien, una meditación en medio del desierto y una juanita infantil que creía olvidada me hacen recordar que hace mucho tiempo este mismo espíritu fue feliz y estuvo tranquilo habitando su mundo y viviendo y disfrutando su vida… sin pensarlo, sin quererlo, sin planearlo, simplemente fue así, de un momento a otro mi felicidad ya no derivaba de lo más simple de este mundo, una rueda que pende de un árbol… ahora al mirar esta imagen sacada como de un cuento, me doy cuenta que nada conseguí con comprarme la vida para ser feliz… porque si sigo siendo feliz con lo más simple de este mundo… si sigue haciéndome feliz soñar… y siento que más allá de soñar mi vida, estoy viviendo mi sueño… y aunque ahora he vuelto por necesidad inventada, pero ya innata, a mi vida comprada… estará por siempre entre mis recuerdos aquel sentimiento de felicidad… y volverá a brotar cada vez que una simple imagen como la del columpio en un árbol, me haga recordar que soy una niña que habita en su mundo y vive y disfruta su vida…
Juanita Modrow Amigo
15.04.2009
San Pedro, desierto mágico - Chile
“En san pedro; en San Pedro”
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